– ¡Ya tengo toda la información sobre el barrio judío de Praga!
– ¿Josefov? ¡Qué bien! No puede faltar en nuestro recorrido por Praga en Navidad en 4 días. ¿Conoces la leyenda que dice que…?
– ¡Tsss! Allí me la cuentas.
El objetivo principal de nuestro viaje era conocer Praga en Navidad. ¡Cómo disfrutamos de sus mercadillos navideños! Pero durante el día aprovechábamos las escasas horas de sol para recorrer los puntos de interés. Josefov, el barrio judío de Praga, es uno de los imprescindibles. En una extensión bastante pequeña acoge muchos puntos de interés, como sinagogas y el antiguo Cementerio Judío. Además, en alguno de sus rincones se esconde alguna de las leyendas que tanto nos gustan.
Un poco de historia
El barrio judío de Praga se remonta al siglo X, cuando ya había una pequeña comunidad judía. Josefov se originó cuando las dos comunidades judías existentes en la Edad Media se unieron gradualmente.
Perseguidos en tiempos de las primeras cruzadas, se instalaron en la ubicación actual alrededor del siglo XII. Durante mucho tiempo vivieron apartados en ese pequeño ghuetto y no fue hasta 1781 que, gracias al gobernante José II, empezaron a tener ciertos derechos como ciudadanos. Precisamente, el nombre de Josefov es un tributo a él, ya que integró a los judíos en la vida de Praga.
A finales del siglo XIX la zona se reformó totalmente y sólo se conservaron las sinagogas, el cementerio y el ayuntamiento.
Visita al barrio judío de Praga
El barrio judío de Praga (Josefov) se encuentra junto a la Ciudad Vieja y es uno de los más bonitos de la ciudad. A día de hoy sólo se mantienen algunos edificios históricos: la Sinagoga Staronova, aún en funcionamiento, y los edificios que forman parte del Museo Judío de Praga: cinco sinagogas, el viejo cementerio judío con su Salón Ceremonial y el Ayuntamiento.
Datos prácticos
Puedes recorrer las calles de Josefov, el barrio judío de Praga, en cualquier momento, el acceso es libre. Los diferentes puntos de interés abren diariamente, excepto los sábados. El horario varía en función de la época del año, por lo que te recomendamos que consultes la web oficial cuando prepares su visita al barrio judío de Praga.
Las tarifas también varían en función de las sinagogas que quieras visitar. La más completa no incluye la Sinagoga Española y tiene un precio de poco más de 13€. De nuevo, puedes consultar las tarifas actualizada en la web oficial.
Antiguo Cementerio Judío
Decidimos empezar nuestra visita por el ANTIGUO CEMENTERIO JUDÍO. Es una visita sobrecogedora e imprescindible, de esas que no dejan indiferente. Era el complemento perfecto a nuestra visita al campo de concentración de Terezín del día anterior.
El antiguo cementerio judío de Praga es un cementerio sencillo, austero, sin ornamentaciones ni grandes tumbas. Ante nosotros más de 12.000 lápidas, algunas cubiertas con pequeñas piedras siguiendo la costumbre judía. Se estima que puede haber enterradas unas 100.000 personas, y es que durante más de 300 años fue el único lugar donde estaba permitido enterrar a los judíos en Praga.
Las lápidas de piedra se amontonan unas encima de otras de manera un poco caótica durante un recorrido circular envuelto por una atmósfera muy especial. Debido a la falta de espacio, los cuerpos se enterraban unos encimas de otros, ya que la tradición judía no permite eliminar las tumbas antiguas. En algunos puntos podemos encontrar hasta dos niveles de tumbas.
Aprovechamos para visitar la SINAGOGA PINKAS, en la misma entrada al antiguo cementerio judío. Fue fundada en 1479 y es un homenaje a las víctimas: en sus paredes están escritos los nombres de los más de 70.000 judíos checoslovacos que fueron asesinados por los nazis.
Sinagoga Española
En el «Josefov» encontramos la SINAGOGA ESPAÑOLA, fue la que más nos gustó. Fue construida en 1868 y su nombre le viene a la decoración morisca de su interior, con gran similitud a la Alhambra de Granada.
Dedicamos un par de horas a visitar las sinagogas y el antiguo cementerio judío. Decidimos no entrar a la Sinagoga Vieja-Nueva, todavía en funcionamiento, aunque nos quedamos con la curiosidad de comprobar la veracidad de la LEYENDA DEL GOLEM.
Dimos una última vuelta por el barrio de Josefov y acabamos apareciendo por la plaza del RUDOLFINUM, un edificio neorenacentista que acoge en su interior una importante sala de conciertos. Desde allí teníamos una bonita vista del Castillo de Praga y del Puente de Carlos, que volvimos a cruzar mezclándonos entre el resto de turistas.
Ya habíamos visitado todo lo que teníamos previsto en nuestra ruta de cuatro días por Praga. Tan sólo nos quedaba volver a pasar por aquellos lugares que más nos habían cautivado mientras intentábamos guardar todos los detalles en nuestra retina.
Antes de partir hacia el aeropuerto nos detuvimos de nuevo en la Plaza Vieja. Nos comimos nuestro último rollito de canela con chocolate rodeados por centenares de turistas, muchos de los cuales seguro eran recién llegados, con toda la ciudad por conocer.¡Qué envidia! ¡Ojalá pudiésemos volver a empezar!
Pero nuestras horas en Praga habían terminado, sólo nos quedaba contemplar la salida de los apóstoles por última vez y volver a casa impregnados de espíritu navideño.
¡Hasta pronto Praga!
¡Buen Viaje!
Información útil
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