– ¿Tienes ya clara tu pregunta para el oráculo de Delfos?
– ¡Hay tantas cosas qué quiero saber que no se por dónde empezar!
– ¡Pues yo ya tengo la mía!
-¿Ah sí? ¿Y cuál es?
¿Sabéis esa sensación de ilusión extrema por conocer un lugar en concreto? ¿Una ilusión que no sabes muy bien de dónde nace pero está ahí? Esa sensación tenía con Delfos. El día prometía, y mucho, ya que íbamos a visitar uno de los puntos clave de nuestra RUTA POR EL PELOPONESO.
Amanecimos en Nafpaktos y después de disfrutar de un delicioso desayuno (que prepararon antes de tiempo especialmente para nosotros) nos pusimos en marcha hacia Delfos. El día se antojaba, para no perder la costumbre, muy caluroso.
Teníamos casi 100 Km. por delante así que no teníamos tiempo que perder. O eso pensábamos hasta que empezamos a bordear la costa y veíamos el mar. ¿Qué tenía de malo parar un ratito y darnos un chapuzón para refrescarnos? Recordamos que en nuestro coche no funcionaba el aire acondicionado.
No podemos decir dónde paramos porque no lo sabemos. Pero sí podemos decir que estábamos completamente solos. No tardamos nada en ponernos el bañador (es la ventaja de llevar el equipaje a cuestas) y calzarnos los escarpines (muy útiles para según qué sitios). Dejamos los bártulos en el suelo y al agua que fuimos. ¡Qué sensación! Que refrescante resultó, qué paz y tranquilidad se respiraba.
Historia de Delfos
Delfos es uno de los yacimientos más importantes de la Antigua Grecia, consagrado a Apolo. Aquí se encontraba el archiconocido Oráculo de Delfos, al que acudían las personas con dudas existenciales por resolver.
El oráculo de Delfos tuvo un papel clave en el desarrollo y expansión de la cultura helénica. Estamos ante uno de los centros religiosos más importantes, sobre todo entre los siglos VII y VI a.C. Además, en Delfos se celebraban cada 4 años los Juegos Píticos, alternándose con los Juegos Olímpicos. Consistían en pruebas atléticas, hípicas y concursos líricos que tenían lugar en un teatro y un estadio construidos a tal fin.
¿Qué ver en Delfos?
La visita a Delfos se divide en 3 partes: las ruinas del santuario de Delfos, el Museo Arqueológico y el Santuario de Atenea Pronaia. Este último se encuentra a 700 metros siguiendo la carretera y antes de llegar encontramos la fuente de Castalia.
Ruinas del santuario de Delfos
El santuario de Delfos está en un enclave precioso, en la ladera de una montaña. Recorrer la Vía Sacra en dirección al templo de Apolo hace que te sientas como un antiguo consultante del oráculo. Por el camino, restos de monumentos y edificios donados al Dios. Sin duda, uno puede hacerse una perfecta imagen de cómo sería en su momento de máximo apogeo.
Después de pasar varios Tesoros y monumentos llegamos a la estrella del santuario: el templo de Apolo. El que vemos hoy en día es el tercero construido en ese mismo lugar. Ante nosotros, la reconstrucción de seis columnas dóricas. Dentro del templo se puede ver un sótano donde la pitonisa daba sus profecías.
Os habréis dado cuenta ya que todo lo relacionado con el oráculo de Delfos nos llama especialmente la atención. Es por eso que no descansamos hasta que encontramos un bloque de piedra con tres agujeros, cerca del templo.
Si seguimos la visita nos encontramos con el Teatro de Delfos, construido en el siglo IV a.C. sobre la ladera de la colina. Con 35 filas, tenía capacidad para acoger 5.000 espectadores y se encuentra en muy buen estado de conservación. ¡Cómo sería presenciar una representación! ¡En ese entorno tan magnífico!
A partir de aquí, la subida se hace un poco más costosa. Muy importante: ropa cómoda y botella de agua, sobre todo en verano. Estamos en medio de la naturaleza y hay que ascender un buen trecho hasta llegar al Estadio. Pero sin duda merece la pena. Fue construido en el siglo V a.C. para albergar las carreras de los Juegos Píticos. Podía acoger a 6.500 espectadores y su estado de conservación de nuevo es increíble.
Museo arqueológico de Delfos
El Museo arqueológico de Delfos es un edificio moderno que guarda diferentes piezas encontradas en las excavaciones del santuario, estatuas y objetos donados al Oráculo de Delfos. Solamente por aprovecharse un poco del aire acondicionado ya vale la pena entrar. Y si además te interesa un poco la cultura y la historia, verás piezas de gran valor.
Una de las esculturas que más nos llamaron la atención, por su historia, fueron los Gemelos de Argos, Cleobis y Bitón. Son dos kuroi encontradas en 1893 y, como todo en Grecia, tiene una historia mitológica detrás.
Pero la joya del museo es el Auriga de Delfos, una estatua de bronce de tamaño natural. Llaman la atención los ojos, hechos con incrustaciones de piedras de color, diadema de plata y labios de cobre. Formaba parte de un grupo escultórico de una cuadriga formado por el auriga, los 4 o 6 caballos del tiro, un guerrero detrás de él y un mozo de cuadra.
Fuente Castalia y Gimnasio
Como hemos comentado anteriormente, la visita al Santuario de Delfos se completa con la Fuente Castalia. Ésta era la fuente sagrada donde se purificaba la pitonisa del oráculo de Delfos antes de hacer sus predicciones. Pero no sólo ella tenía que purificarse, también los sacerdotes y los consultantes. Actualmente se conservan dos fuentes alimentadas por el manantial sagrado. Nosotros nos dudamos en beber agua y refrescarnos un poco para purificarnos.
Si seguimos la carretera nos encontramos con el Gimnasio. Nosotros nos conformamos con verlo desde arriba, el sol estaba en todo lo alto y el calor apretaba de lo lindo.
Santuario de Atenea Pronaia
¡El broche de oro a nuestra visita al santuario de Delfos! El Santuario de Atenea Pronaia es un recinto sagrado independiente en el que se levantaban varios templos y tesoros. Fue construido en el siglo V a.C y en las excavaciones se encontraron los cimientos de varios templos.
La construcción más espectacular del Santuario de Atenea Pronaia de Delfos es el Tholos, un templo circular que en su origen tenía 20 columnas dóricas en el exterior, de las cuales se han reconstruido tres.
La visita al Santuario de Delfos la disfrutamos muchísimo. Solamente por eso, ya había valido la pena liarse la manta a la cabeza y decidirnos a hacer una RUTA EN COCHE POR EL PELOPONESO.
Rumbo a Kalambaka
Volvimos al coche y nos dirigimos al pueblo de Delfos para comer. Acabamos en un sitio con buenos precios donde degustamos una musaka que pasó sin pena ni gloria. Con el estómago lleno, volvimos al coche y pusimos rumbo a Kalambaka.
Vimos el atardecer en carretera, con las majestuosas montañas de Meteora a lo lejos. Nos alojamos en en una habitación doble muy modesta y un poco estrafalaria, con aire acondicionado y desayuno, por 35€. Aunque sabíamos a lo que íbamos y no buscábamos más que un colchón y una ducha, fue la decepción del viaje. Nos atendió una señora que a a día de hoy no sabemos si estaba dormida o bajo los efectos de otras sustancias, con la que era muy difícil comunicarse.
Dimos una vuelta por el pueblo y buscamos un lugar dónde cenar. Una tormenta de verano puso fin a la noche, así que nos fuimos a la habitación con la visión de las montañas que conoceríamos al día siguiente.
¡Buen viaje!
Información útil
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3 comments
[…] organizadas que llevan a los principales núcleos arqueológicos y puntos de interés como Delfos o Meteora, visitar Grecia por libre nos parece mucho más divertido y […]
,Hola, nos ha encantado el post!! Me he quedado sin palabras viendo las fotos, que belleza por dios! Hasta ahora de Grecia sólo he podido conocer Atenas, pero estoy deseosa de visitar más de este país, saludos!!
Muchas gracias por leernos! 🙂
Fue uno de nuestros días favoritos! Delfos nos encantó =)
Efectivamente, Grecia es mucho más que Atenas.
Un saludo!